Después de tantos meses de calor, algunas veces sofocante, llegar a Bogotá fue, literalmente, un respiro de aire fresco. Ya extrañábamos el frío y nada mejor que el aire fresco de una ciudad a 2600m de altitud, debidamente decorada con millones de luces de Navidad para que nos llenáramos de nostalgia.
- La ciudad de Bogotá, una de las más grandes del continente, es una ciudad muy verde, con árboles y parques por todos lados, pero es también una ciudad oscurecida por el tráfico.Nosotros casi siempre caminamos o usamos la bici y el Transmilenio (la red de transporte público de la ciudad) y ha sido, sin duda, la mejor manera de conocer la ciudad.
Una visita a la Candelaria, el barrio en el centro histórico es una experiencia fascinante. La visita guiada que la Secretaria de Turismo de la ciudad ofrece sin costo es altamente recomendable.. Cada esquina y cada rincón tienen una historia, desafortunadamente la mayor parte relacionada con enfrentamientos, manifestaciones y rebeliones que contadas hoy en día solamente reportan la valentía de sus héroes, pero que en un dado momento fueron la causa de mucho sufrimiento y sangre derramada.
Pudimos conocer la famosa historia del Florero que dio origen al grito por la Independencia de las Américas, pero también la muerte de Eliecer Gaitán y el Bogotazo, o cuando el pueblo se rebeló y arrasó la ciudad y cuyo enfrentamiento más importante llevó a la destrucción del primer Palacio de Justicia de la ciudad. El actual Palacio es el tercero que la ciudad tuvo, después de la destrucción de los dos primeros.
El Museo del Oro es también un punto esencial de la ciudad. Los orfebres pre-colombinos dejaron un legado impresionante y su arte de trabajar el oro es intemporal e impresiona por la calidad del trabajo ejecutado.
Estar en Bogotá y no visitar el Museo Botero es imperdonable. Además de sus obras, Botero donó a la ciudad toda su colección personal, donde se incluyen varios cuadros y esculturas de Dalí, Picasso, Renoir, Degas o Miró, con la única condición que la entrada al museo fuera gratis para todos los visitantes. Al lado, la Casa de Moneda ofrece una retrospectiva al origen y desenvolvimiento de las monedas y billetes del país a lo largo de los tiempos. Al final, no se olviden de pedir al guardia de la entrada “un recuerdo” y el muy amablemente les regalará una moneda de souvenir. O sea, además de que la entrada es sin costo alguno, todavía tenemos derecho a una regalo al final.
La vuelta en el Centro no podía haber terminado mejor. Una visita al interior del Palacio Municipal nos recibió con una exposición temporal sobre Gabriel García Márquez, conmemorando los 30 años de su Premio Nobel, incluyendo una representación de uno de sus cuentos.
Pero esta ciudad no es solo cultura e historia. Los rolos (habitantes de Bogotá) son conocidos por la fiesta o como ellos le llaman, La Rumbia. Y que mejor lugar para pasar una noche divertidísima que en “Andrés Carne de Res”. Un restaurante en los alrededores de la capital y que de restaurante rápidamente se transforma en un bar y discoteca. Un escenario tan confuso que no es posible descifrar el tema, pero en que sorprendentemente todo parece conjugarse para transformarse en el lugar perfecto para que toda la gente se desinhiba y pueda bailar durante horas y horas. Y, solo para que tengan una idea del tamaño de la cosa, imaginen que el lugar es atravesado literalmente por 2 calles y el menú, más bien parece un libro de dibujos animados con más de 30 páginas. Nosotros nos deleitamos con un “Lomo al trapo”, altamente recomendable!!
No podíamos terminar este texto sin agradecer a Rui que nos recibió en su casa y con quien la pasamos muy bien y nos guió hasta algunos de los lugares más místicos de la ciudad.
Y que Chévere que continúa a ser este enorme país!
Estoy ahora mismo haciendo un viaje por Sudamerica y blogs como este son una fuente genial de consejos 🙂 buen blog
Hola Sara. Gracias por tus palabras. Siempre nos dá mucho gusto escuchar de otros viajeros y ojalá nos podamos encontrar en alguna etapa de nuestro viaje.
Saludos,
João, Sol y Amália Frida 🙂